domingo, 30 de septiembre de 2018

30 SEPTIEMBRE, DÍA MUNDIAL DE LA RETINOSIS PIGMENTARIA


Hoy, 30 de Setiembre es el último domingo del mes y como cada año, se celebra el Día Mundial de la Retinosis Pigmentaria. Con esta entrada pretendemos darle “visibilidad” e informar sobre esta enfermedad desconocida para gran parte de la sociedad. 




Fue Donders quien en 1855 designó con este nombre a un grupo de enfermedades de la retina que se caracterizan por ser hereditarias y progresivas. Los pacientes afectados por esta enfermedad acusan disminución de su visión de forma progresiva por la pérdida de fotorreceptores, que conduce finalmente a la atrofia de la retina.

 Aunque se nace con la enfermedad, no se suele debutar hasta la adolescencia, aunque la edad de aparición es  variable. Su origen es genético, siendo la herencia autosómica recesiva la más frecuente y agresiva, y la ligada al sexo la más rara. Existen también casos esporádicos en los que no hay ningún antecedente familiar.  

El proceso se desencadena por alteraciones genéticas que conducen a estas células a la muerte a través del mecanismo de apoptosis o "suicidio celular programado".

La sintomatología cursa inicialmente con dificultad en la visión nocturna y reducción concéntrica del campo visual, que al final puede quedar prácticamente abolido dejando un  pequeño islote de visión central. Pueden aparecer alteraciones en la visión de los colores, generalmente cuando la agudeza visual cae por debajo de 0.5, y algunos casos evolucionan a la ceguera total. El enfermo no es consciente de su dolencia hasta que ésta se encuentra en fases muy avanzadas.

 

En la exploración hay algunos signos clásicos:

  • Depósitos pigmentarios que dan el nombre a la enfermedad, y que tienen el aspecto de espículas óseas, situadas inicialmente en media periferia alrededor de los vasos. El pigmento procede del epitelio pigmentario y se acumula a nivel intrarretiniano. 

  •  Estrechamiento vascular

  • Palidez papilar 





En estadios avanzados se observa atrofia del epitelio pigmentario retiniano y la coriocapilar.

Pueden asociarse también otros hallazgos, como cataratas, que pueden aparecer precozmente y suelen ser subcapsulares; edema macular cistoide y membrana epimacular. El glaucoma es algo más frecuente, y puede ser difícil de manejar debido a las alteraciones papilares y campimétricas propias de la enfermedad. 
Retinografía de una Retinosis Pigmentaria donde se aprecia el Edema macular quístico y la palidez papilar.
 
En estadios tardíos la exploración puede ser similar a la de otras enfermedades como la corioderemia o la enfermedad de Stardgardt.
Las pruebas electrofisiológicas estarán alteradas incluso en las fases iniciales que presentan pocos signos en la exploración, fundamentalmente el ERG escotópico y el EOG.
Campimetría en paciente con Retinosis Pigmentaria, se aprecia la reducción concéntrica de campo visual y resto de visión central o en "tubo".
 
Además de la forma descrita, existen otras formas atípicas, como la RP sin pigmento, en la que los cambios pigmentarios sólo aparecen al final, o la RP pericentral, que cursa sin cambios pigmentarios en la periferia, o la RP sectorial.

La RP puede aparecer de forma aislada o asociarse a múltiples enfermedades sistémicas, como la abetalipoproteinemia, el sd. Refsum, sd. Usher, mucopolisacaridosis, ataxia de Friedreich, etc. Frecuentemente en estos casos encontramos formas atípicas de RP.

Actualmente la enfermedad no tiene cura, pero hay que tratar de potenciar la visión del paciente mediante:

  • Corrección de ametropías

·       Valorar ayudas visuales

  • Gafas de sol: no está probado que protegerse del sol suponga un beneficio en la evolución de la enfermedad, pero evita molestias como deslumbramientos y algunos filtros pueden mejorar el contraste

  • Cirugía de catarata

  • Tratamiento del edema macular quístico: La acetazolamida puede ser útil aunque muchos casos mejoran sin tratamiento

  • Suplementos de vitamina A, DHA o luteína podrían ayudar pero no está demostrada su eficacia

Hay que tener en cuenta que algunos medicamentos como la isotretinoína o el sildenafilo podrían estar contraindicados en los pacientes con RP por interferir con la función retiniana.

Además, en un futuro podrían existir opciones terapéuticas actualmente no suficientemente desarrolladas, como la terapia génica, la utilización de factores de crecimiento, el trasplante de células retinianas o la retina artificial.


Escrito por el IOA Madrid Innova Ocular


Departamento de Oftalmología clínica y diagnóstico