¿QUÉ ES?
El blefaroespasmo es una de las distonías faciales más comunes. Se trata de una contracción espasmódica involuntaria del músculo orbicular (músculo circular que hay en el párpado, alrededor del ojo) y/o de los músculos faciales superiores, que se presenta en la sexta década de la vida. Hay que dejar claro, que se trata de una alteración física y no psicológica, como se pensaba hace años.
Los primeros síntomas del blefaroespasmo pueden ser un aumento
ocasional del parpadeo de uno o ambos ojos, o simplemente una dificultad
para mantener los ojos abiertos. La mayoría de los pacientes con
blefaroespasmo presentan además sensibilidad a la luz (fotofobia) y
sequedad de los ojos.
¿POR QUÉ SE PRODUCE?
Las contracciones
involuntarias de los músculos se deben al mal funcionamiento de las
neuronas del sistema nervioso central e implica al quinto y séptimo
nervio craneal.
Los espasmos pueden ser precipitados por algunos factores como leer, conducir, estrés o luz brillante, y aliviados por otros como hablar, andar y relajarse.
CAUSAS FRECUENTES
- Alteración neurológica funcional en el sistema nervioso central.
- Efecto secundario de ciertos medicamentos.
- Falta de lubricación de la
superficie ocular, esto provoca el incremento de actividad del
párpado para intentar distribuir uniformemente la lágrima insuficiente o
de mala calidad.
Hiperemia conjuntival por ojo seco - Espasmo hemifacial, que en el caso de no ser una distonía, afecta los músculos de la mitad de la cara provocando movimientos involuntarios que pueden afectar al ojo. El espamo hemifacial puede originarse por la compresión del nervio facial por parte de alguna arteria o traumatismo.
Síndrome de Meige
Como el blefaroespasmo esencial es una distonía en combinación con la afectación de los músculos faciales inferiores y del cuello.
El síndrome de Meige incluye espasmos de los músculos de alrededor de los ojos, de la parte inferior de la cara, la boca, la lengua, la garganta, el cuello y algunas veces incluso del sistema respiratorio y pueden afectar la voz.
¿CÓMO SE TRATA?
Antes de iniciar el tratamiento es importante excluir el blefaroespasmo reflejo, habitualmente debido a enfermedades de superficie ocular como la queratitis por sequedad ocular.
El tratamiento consiste en utilizar gafas de protección solar y gotas lubricantes para evitar la sequedad ocular y el parpadeo reflejo. Si esto resulta insuficiente se aplicaría toxina botulínica (sustancia que relaja temporalmente los músculos y evita que se contraigan). La inyección de toxina botulínica es actualmente el tratamiento de elección contra el blefaroespasmo. Se inyectaría en los músculos alrededor del ojo. El efecto de la toxina tiene una duración de unos 3 meses aproximadamente.
El tratamiento quirúrgico implica la extirpación parcial o total del músculo orbicular, supraciliar y piramidal, que son los encargados del cierre del párpado. Esta cirugía radical se reserva para los pacientes que no responden a las inyecciones de toxina botulínica.
Escrito por el Instituto de Oftalmología Avanzada (IOA)
Esther López Artero
Dpto. Optometría clínica.