martes, 9 de abril de 2019

CONSEJOS PARA LIBRARSE DE LOS ORZUELOS


Los orzuelos se forman por la obstrucción y consiguiente infección de las glándulas de Meibomio. Éstas son una especie de tubitos que están en el espesor del párpado, en la parte rígida, y vierten su contenido,  principalmente grasa, en el borde del párpado.  Cuando la secreción es muy espesa y la salida se hace difícil, las bacterias que habitualmente tenemos en la conjuntiva proliferan y encuentran un caldo de cultivo en la glándula formando un absceso, que es el orzuelo.  A esto ayudan muchas veces unos ácaros que colonizan las pestañas,  demodex foliculorum, que cuando su población es muy alta dejan unas escamas en la base de las pestañas que no son más que las deyecciones del bicho, produciendo picor y transportando las bacterias de un lado a otro.

Por lo tanto, las medidas para librarse de los orzuelos incluyen, por un lado, mantener fluida la secreción de las glándulas para evitar la obstrucción y por otro, mantener limpio el borde palpebral para librarnos de los ácaros y bacterias. 

Consejos para librarse de los orzuelos: 
  • Aplicar calor, no más de 40°C para no quemar la piel, mediante paños calientes secos (bolsitas de semillas, almohadillas de gel etc) o húmedos,  mojando una gasa o algodón en agua caliente.  

  • Hacer un masaje de borde palpebral,  para empujar hacia afuera la secreción.  

  • Puede ayudar la toma de suplementos de omega 3, que es una grasa del aceite de pescado, que ayuda a fluidificar la secreción y tiene efecto antiinflamatorio. 
  
  • Para limpiar el borde palpebral,  se pueden usar unas toallitas específicas que, aunque son caras, resultan muy útiles. También sirve el jabón neutro, aunque no es tan cómodo.  

  • Para librarnos de los ácaros,  ayuda el aceite de árbol del té,  pero no se puede aplicar directamente porque irrita mucho. Hay algunas marcas de toallitas o soluciones de limpieza que lo incluyen.  

  • Para librarnos de las bacterias,  a veces hace falta el uso de antibióticos y antiinflamatorios,  generalmente a nivel local pero a veces incluso por vía oral. Evidentemente,  este tratamiento lo debe aconsejar el oftalmólogo.