domingo, 30 de noviembre de 2014

RETINOSIS PIGMENTARIA



Por este nombre, acuñado por primera vez por Donders en 1855, se designa a un grupo de enfermedades de la retina que se caracterizan por ser hereditarias y progresivas. Cursan inicialmente con pérdida de fotorreceptores y conducen finalmente a atrofia de la retina.
Típicamente la enfermedad afecta a los bastones, que son los fotorreceptores responsables fundamentalmente de la visión periférica, y respeta a los conos, responsables de la visión central y de los colores, aunque en estadios finales también puede afectarse la función macular.
El proceso se desencadena por alteraciones genéticas que conducen a estas células a la muerte a través del mecanismo de apoptosis o "suicidio celular programado".
Cualquier tipo de herencia es posible en la retinosis pigmentaria (RP), siendo la autosómica recesiva la más frecuente y agresiva, y la ligada al sexo la más rara. La edad de aparición es muy variable, pero suele debutar entre los 25 y los 40 años. Existen también casos esporádicos en los que no hay ningún antecedente familiar.
La sintomatología cursa inicialmente con dificultad en la visión nocturna y reducción concéntrica del campo visual, que al final puede quedar prácticamente abolido dejando un  pequeño islote de visión central. Pueden aparecer alteraciones en la visión de los colores, generalmente cuando la agudeza visual cae por debajo de 0.5, y algunos casos evolucionan a la ceguera total.
En la exploración hay algunos signos clásicos:
  • Depósitos pigmentarios que dan el nombre a la enfermedad, y que tienen el aspecto de espículas óseas, situadas inicialmente en media periferia alrededor de los vasos. El pigmento procede del epitelio pigmentario y se acumula a nivel intrarretiniano. 
  •  Estrechamiento vascular
  • Palidez papilar 



En estadios avanzados se observa atrofia de EPR y la coriocapilar.
Pueden asociarse también otros hallazgos, como cataratas, que pueden aparecer precozmente y suelen ser subcapsulares; edema macular cistoide y membrana epimacular. El glaucoma es algo más frecuente, y puede ser difícil de manejar debido a las alteraciones papilares y campimétricas propias de la enfermedad. 


Retinografía de una Retinosis Pigmentaria donde se aprecia el Edema macular quístico y la palidez papilar.


En estadios tardíos la exploración puede ser similar a la de otras enfermedades como la corioderemia o la enfermedad de Stardgardt.
Las pruebas electrofisiológicas estarán alteradas incluso en las fases iniciales que presentan pocos signos en la exploración, fundamentalmente el ERG escotópico y el EOG.

Campimetría bilateral en paciente con Retinosis Pigmentaria, se aprecia la reducción concéntrica de campo visual y resto de visión central o en "tubo".



Además de la forma descrita, existen otras formas atípicas, como la RP sin pigmento, en la que los cambios pigmentarios sólo aparecen al final, o la RP pericentral, que cursa sin cambios pigmentarios en la periferia, o la RP sectorial.
Para el diagnóstico diferencial  hay que tener en consideración diferentes enfermedades:
  • Inflamatorias como la retinopatía de la rubéola, sífilis o retinitis infecciosas, y retinopatías autoinmunes
  • Tóxicas por tioridazina, clorpromacina o antipalúdicos
  • Traumáticas
  • Otras: atrofia retinocoroidea pigmentada paravenosa; neurorretinitis unilateral subaguda difusa

La RP puede aparecer de forma aislada o asociarse a múltiples enfermedades sistémicas, como la abetalipoproteinemia, el sd. Refsum, sd. Usher, mucopolisacaridosis, ataxia de Friedreich, etc. Frecuentemente en estos casos encontramos formas atípicas de RP.
Actualmente la enfermedad no tiene cura, pero hay que tratar de potenciar la visión del paciente mediante:
  • Corrección de ametropías
  • Gafas de sol: no está probado que protegerse del sol suponga un beneficio en la evolución de la enfermedad, pero evita molestias como deslumbramientos y algunos filtros pueden mejorar el contraste
  • Suplementos de vitamina A, DHA o luteína podrían ayudar pero no está demostrada su eficacia

Hay que tener en cuenta que algunos medicamentos como la isotretinoína o el sildenafilo podrían estar contraindicados en los pacientes con RP por interferir con la función retiniana.

Además, en un futuro podrían existir opciones terapéuticas actualmente no suficientemente desarrolladas, como la terapia génica, la utilización de factores de crecimiento, el transplante de células retinianas o la retina artificial.

Escrito por el Instituto de Oftalmología Avanzada 
Dr. Víctor Elipe.
Departamento de Oftalmología clínica y diagnóstico. 

lunes, 10 de noviembre de 2014

MEIBOMITIS POR ROSÁCEA

¿QUÉ ES LA ROSÁCEA?

Enfermedad crónica de la piel que afecta generalmente a mujeres, más frecuente en la menopausia y en personas de raza blanca.


¿CÓMO SE MANIFIESTA?

Hay varias formas de manifestarse, por lo que el diagnóstico a veces es difícil. Lo más frecuente es que se produzca un enrojecimiento en la línea media de la cara y en las mejillas (frente, nariz, mejillas y barbilla). Hay formas en las que sólo se manifiesta en las mejillas. 
Este enrojecimiento en producido por una vasodilatación de los capilares de debajo de la piel que incluso dado que es más frecuente en personas de piel claro, éstos se transparentan como líneas rojo-violáceas. La piel está caliente debido a la vasodilatación, que con el paso del tiempo la piel se afecta, engrosándose y pueden aparecer granos y pústulas.
En los hombres, se suele afectar más la nariz, apareciendo ésta inflamada y la punta redondeada y roja. 


AFECTACIÓN OCULAR:



Más del 50 % de los pacientes con rosácea presentan afectación ocular. Se produce una alteración de la secreción lagrimal; fundamentalmente una hiperosmolaridad, ojo seco con lagrimeo excesivo ( paradójico ), que es el que se produce cuando los pacientes tienen sensación de sequedad y el ojo les llora con una lágrima de mala calidad que no llega a mantener el epitelio de la córnea suficientemente hidratado.

Los síntomas son los siguientes: sensación de cuerpo extraño, arenilla, enrojecimiento con inflamación del borde palpebral y afectación de las glándulas de meibomio. 

No hay relación con la severidad de la afectacion de la piel y los síntomas oculares.

La rosácea empeora con la edad, la menopausia, la exposición al sol y al frio, y con el alcohol.

Es importante la colaboración con el dermatólogo para el control de la enfermedad dermatológica.

TRATAMIENTO: 

Es importante la medición de la Osmolaridad de la lágrima para pautar el tratamiento y poder valorar la mejora de la lágrima.
La meibomitis y el ojo seco se tratan con lubricantes oculares que se pueden pautar en relación a la osmolaridad de la lágrima, higiene del párpado con parches termo-activos (Estila meibopatch u otros...). 

Tanto la rosácea cutánea como la ocular responden a las Tetraciclinas orales.  

En el curso del proceso patológico son frecuentes las exacerbaciones y remisiones, por lo que no es sencillo estar seguro de que la mejoría clínica está relacionada directamente con un tratamiento específico o es simplemente parte del curso natural de la enfermedad.

Numerosos estudios han demostrado la eficacia de la tetraciclina en el tratamiento de la rosácea, y está siendo ampliamente utilizada desde 1966, Jenkins y cols.  que utilizaron tetraciclina para tratar la rosácea ocular, describieron efectos beneficiosos en 36 de 37 pacientes, obteniendo la máxima respuesta en pacientes con marcado adelgazamiento corneal, infiltración y neovascularización, mientras que pacientes con síntomas graves pero mínimos signos precisaron tratamientos más prolongados. Resultados similares fueron comunicados por Bartholomew y cols. en un estudio doble ciego comparando la tetraciclina con un placebo. 
Por otra parte, las tetraciclinas semisintéticas como la doxiciclina ha sido sólo recientemente sugerida como un tratamiento útil para la rosácea ocular. Frucht-Pery y cols.  observaron como una única dosis diaria de 100 mg de doxiciclina mejoraba sintomáticamente 14 de 16 pacientes. Estos mismos autores compararon posteriormente la doxiciclina con la tetraciclina, y a pesar de que la puntuación sintomática mejoró significativamente con ambos fármacos, el alivio fue mayor y más rápido en el grupo de la tetraciclina. En cualquier caso, al cabo de tres meses no existían diferencias entre ambos grupos, registrándose mayores complicaciones gastrointestinales en el grupo de la tetraciclina (tres de ocho) que en el de la doxiciclina (dos de dieciséis).

Escrito por el Instituto de Oftalmología Avanzada (IOA)
Esther López Artero
Dpto. Optometría clínica.