martes, 15 de enero de 2013

SIGNOS Y SÍNTOMAS EN UNA AFECTACIÓN DEL III PAR CRANEAL


El tercer par craneal o también conocido como oculomotor es uno de los tres nervios encargados de la musculatura extrínseca e intrínseca del ojo. Dentro de la musculatura extrínseca inerva a todos los músculos extraoculares incluso el elevador del párpado, excepto al oblicuo superior y el recto externo; y de la musculatura intrínseca inerva al esfínter de la pupila y el músculo ciliar.

La acción de la que está encargado este par craneal es la de elevar el párpado, adducción (mirada hacia dentro)  y los demás movimientos de los ojos, como la contracción pupilar a la luz y a la acomodación, reflejo consensual y fenómeno de Gunn negativo.

El reflejo pupilar consensual consiste en que al colocar el estímulo luminoso sobre un ojo, se observa que la pupila del otro ojo también se contrae porque las fibras nerviosas son cruzadas. En el caso de una afectación en el III par se vería afectado este reflejo, y al enfocar con una linterna una de las pupilas, esta se contraería, pero la del ojo contralateral quedaría sin responder.


EN UNA PATOLOGÍA QUE AFECTE AL III PAR CRANEAL U OCULOMOTOR LOS SIGNOS OCULARES QUE SE PUEDEN PRESENTAR SON:

Pupila anisocórica, que una pupila está en miosis (contraída) y la otra en midriasis (dilatada). Esto ocurre porque la pupila del ojo afectado no responde al reflejo consensual cuando se estimula la contralateral. 

Estrabismo divergente, por afectación del Recto Interno. 

Ptosis palpebral, por la caída del párpado superior del ojo afectado producido por una debilidad adquirida del músculo elevador debido a la parálisis del tercer par craneal.

A continuación os presentamos el siguiente ejemplo de afectación del III par craneal, a propósito de un caso:

CASO CLÍNICO

Varón de 51 años que acude a nuestra consulta con el OI penalizado con parche por visión doble, con antecedentes clínicos de haber sido intervenido en dos ocasiones de un Adenoma en la hipófisis y de recidiva con afección del seno cavernoso izquierdo, región quiasmática y cintilla óptica. Tras la última cirugía tuvo un infarto expansivo con edema y desplazamiento de la linea media que afectó al III par craneal. Se encuentra en tratamiento farmacológico para la hipercolesterolemia. Los hallazgos de la exploración oftalmológica son los siguientes; tonometría de aire 18mm de Hg en el O.D, y 17mm de Hg en el O.I. Presenta una refracción subjetiva de -0.75esf -1.50cil a 175º en el O.D, con la que alcanza Agudeza Visual 1.0; y en el O.I -1.50esf -0.75cil a 50º con la que alcanza A.V 0.3d, que no mejora con estenopeico; y con Adición de +1.75D llega a 1.0 por su O.D en visión próxima. Su motilidad ocular se encuentra restringida en mirada hacia arriba (supraducción) y mirada hacia dentro (adducción) para el O.I. Su alineamiento motor varía de forma inconcomitante, pasando de 15Δp Exotropia del O.I en posición primaria de mirada, a Hipotropia en mirada hacia arriba, donde se queja principalmente de diplopia. En el  resto del estudio neuroftalmológico se valora una ligera ptosis del párpado superior izquierdo con cierre incompleto en mirada inferior; y además la pupila del O.I se encuentra más midriática con defecto en el reflejo consensual. 
Se le realiza estudio campimétrico de ambos ojos en el que consigue el resultado que se muestra en las siguientes figuras:


Campimetría computerizada O.D: Ligera pérdida de sensibilidad en zona pericentral infero-nasal
 


 Campimetría computerizada O.I: Hemianopsia altitudinal inferior






CONCLUSIONES

El defecto campimétrico no es el propio de una afectación en la región quiasmática, ni retroquiasmática de la cintilla óptica, debido a que los defectos de campo serían bilaterales, bien con heminopsias heterónimas u homónimas. Con esto podemos deducir que la lesión que ha afectado al campo ha sido retiniana o de nervio óptico del O.I posiblemente producida por el infarto expansivo con edema.
El resto de signos neuroftalmológicos si encajan perfectamente con el diagnóstico de una Afectación o parálisis del III par craneal, causada por una Apoplejía hipofisaria (infarto hemorrágico) que ha afectado al seno cavernoso localizado muy cerca de donde se sitúa el III par craneal.

Aquí os dejamos con el siguiente vídeo donde podéis ver y evaluar por vosotros mismos la motilidad ocular y los reflejos pupilares que se pueden dar en una Afectación del III par craneal:

Escrito por el Instituto de Oftalmología Avanzada
Esther López Artero
Dpto. Optometría clínica.