¿Quién no ha sufrido alguna vez un dolor de cabeza?
Este dolor que sufrimos con tanta frecuencia normalmente afecta un lado de la cabeza, y puede estar asociado a varios causas que explicaremos más adelante, dependiendo de su prolongación en el tiempo y magnitud de dolor.
Este dolor que sufrimos con tanta frecuencia normalmente afecta un lado de la cabeza, y puede estar asociado a varios causas que explicaremos más adelante, dependiendo de su prolongación en el tiempo y magnitud de dolor.
Podemos clasificar las cefaleas en Tensionales o por contracción muscular o en Migrañas.
CEFALEA TENSIONAL
La cefalea tensional es una de las formas más comunes en las que se presentan los dolores de cabeza y puede ocurrir a cualquier edad, aunque es más común entre los adultos y los adolescentes. Afecta al 3% de la población Suele ser episódica, extendiéndose su duranción en el tiempo de forma variable según el caso, pudiendo incluso hacerse crónica. El dolor se manifiesta de forma continua, pero "llevadera", y se caracteriza por ser opresivo.
Se considera crónica si sucede dos o más veces por semana durante algunos meses o más. Los
dolores de cabeza diarios y crónicos pueden resultar del tratamiento
deficiente o excesivo de un dolor de cabeza primario. Por ejemplo, los
pacientes que toman analgésicos más de 3 días a la semana de manera
regular pueden padecer cefaleas de rebote.
Estas
cefaleas ocurren cuando los músculos del cuello y del cuero cabelludo
se tensionan o se contraen. Las contracciones musculares pueden ser una
respuesta al estrés, la depresión, un traumatismo craneal o la ansiedad.
Cualquier
actividad que obligue a la cabeza a mantener una sola posición durante
mucho tiempo sin moverse puede ocasionar dolor de cabeza.
Otros desencadenantes de las cefaleas tensionales son:
- Factores psicológicos (estrés, tensión emocional, depresión...)
- Cafeína (demasiada o abstinencia de ésta)
- Alcohol
- Resfriados y gripe
- Problemas dentales como apretamiento de la mandíbula o rechinamiento de los dientes
- Tensión ocular
- Consumo excesivo de tabaco
- Fatiga
- Congestión nasal
- Esfuerzo excesivo
- Infección sinusal