miércoles, 30 de enero de 2019

¿Qué es un Protocolo diagnóstico de ojo seco?




Los pacientes que refieren ojo seco, acuden a la consulta refiriendo molestias en su ojos, que pueden consistir en enrojecimiento, escozor, sensación de arenilla o cuerpo extraño, picor e incluso lagrimeo. Síntomas que pueden ser leves y esporádicos o continuos y más severos, que acaban alterando su calidad de vida, por producir visión inestable en determinadas situaciones como conducción, lectura o trabajo con pantallas,  además de un empeoramiento de sus molestias.

Todos estos síntomas, tremendamente variados y frecuentes (suponen alrededor del 30 % de las consultas oftalmológicas, la mayoría de urgencias), se incluyen dentro de un cuadro muy genérico que denominamos Síndrome de Ojo Seco, que es el nombre que reciben las alteraciones de la superficie ocular (párpados, conjuntiva, córnea…) relacionadas con la disfunción de la película lagrimal.

En el ojo seco, influyen factores personales, como la edad o la menopausia, enfermedades como el reuma,  diabetes o hipotiroidismo, medicamentos como los antihistamínicos, pastillas para dormir o tratamientos hormonales. Factores ambientales como aires acondicionados, trabajo con pantalla y factores del propio ojo como alergia, blefaritis, etc.

Habitualmente, el oftalmólogo que le atienda, realizará la exploración habitual y pautará el tratamiento recomendado en cada caso, y en un porcentaje importante de los casos, el problema quedará solucionado con tratamiento lubricante, limpieza de párpados, corticoides por un corto periodo de tiempo o antihistamínicos tópicos.

Pero, hay pacientes que ya no tienen el problema de forma esporádica sino que se ha convertido en un motivo frecuente de acudir al oftalmólogo o de ir a varios oftalmólogos buscando la “cura milagrosa” a su problema. Que no pueden realizar una actividad normal, que parpadean constantemente o se tiene que levantar por las noches para ponerse gotas o geles.

Es en estos casos en los que hay que profundizar en las causas y factores que están influyendo en el progresivo empeoramiento de su cuadro. Y en esto consiste su estudio o Protocolo diagnóstico de Ojo seco.


¿En qué consiste el Protocolo diagnóstico de ojo seco?


Es un estudio específico de su Unidad Funcional Lagrimal  que incluye glándulas lagrimales, superficie ocular (conjuntiva y córnea), párpados, glándulas de Meibomio y nervios sensoriales y motores, y que es la encargada de mantener el equilibrio de su superficie ocular. Cuando por diversos motivos este equilibrio se rompe, se produce el Síndrome o Enfermedad de Ojo Seco.

La lágrima debe de ser suficiente en cantidad, de buena calidad y con suficiente estabilidad como para proteger el ojo y mantener la calidad visual ante las situaciones de estrés ambiental. Si esto no se produce, la superficie del ojo no queda protegida, y se empiezan a producir una serie de procesos  inflamatorios que conducen al daño de la superficie ocular y a la cronificación y empeoramiento de su problema. 


¿Qué pruebas se realizar?


En IOA Madrid, el especialista en ojo seco llevará a cabo las siguientes pruebas:

  •     Preguntas o anamnesis, donde se hará una historia clínica más específica de sus molestias: cuándo empezaron, si empezaron de forma aguda o paulatina, si está más molesta por la mañana o a lo largo del día. Síntoma fundamental (picor o lagrimeo), tratamientos actuales, enfermedades generales, ambiente de trabajo, etc.

  •    Test de Osmolaridad: Se considera la única prueba objetiva  para diagnosticar la enfermedad de ojo seco y el grado de severidad, y nos permite indicar un tratamiento u otro. Para ello, se recoge una pequeñísima cantidad de lágrima del borde externo del párpado inferior y ésta se analiza en unos pocos segundos, apareciendo el valor de la osmolaridad en la pantalla del aparato. Para no falsear este resultado es por lo que no se deben poner tratamiento, ni lágrimas el día del estudio o al menos 2 horas antes.  Es la primera prueba que hacemos y se repetirá al cabo de unos meses de tratamiento para valorar la respuesta a las medidas terapéuticas aplicadas.

  •    Test de Schirmer 1 y 2: Consiste en la colocación de unas tiras de papel filtro milimetradas y dobladas por su extremo, en la unión del tercio medio y tercio exterior del párpado inferior, sin y con anestesia y deberá permanecer con los ojos suavemente cerrados durante 5 minutos. Esta prueba mide el volumen de lágrima total (basal y refleja), en 5 min.

  •   Exploración en Lámpara de hendidura: Para examinar de fuera a dentro: párpados, frecuencia del parpadeo, cierre incompleto, conjuntiva (nivel de enrojecimiento, pliegues en conjuntiva, pinguéculas), córnea (cicatrices, úlceras, filamentos mucosos), glándulas de Meibomio (que producen la grasita que necesita la lágrima para evitar su evaporación y que con frecuencia se obstruyen en el ojo seco).

  •    Tinciones: Se tiñe la lágrima con colorantes vitales que en un ojo normal no se deben fijar o depositar en la superficie ocular y sí cuando hay inflamación secundaria al ojo seco. Utilizaremos 2 tipos:

    •  Fluoresceína: se aplica con una tira del colorante humedecida con solución salina. Se fija en áreas desepitelizadas  donde se han perdido o destruido células del epitelio de la superficie ocular (conjuntiva y/o córnea) y nos da idea de la extensión y severidad de la llamada “Queratoconjuntivitis seca”. Nos permite también teñir la lágrima para ver si el nivel es adecuado o reducido, si su reparto es irregular y la estabilidad de la lágrima (tiempo que tras un parpadeo, tardan en aparecer manchas oscuras o de desecación) y que es la causa fundamental de la mala calidad de visión de los pacientes (visión inestable, sobre todo cuando hacen actividades donde se disminuye el parpadeo, como lectura, ordenador o TV).

    •   Un colorante verde: Verde Lisamina, se aplica con una tira humedecida con un colorante verde, que se fija en las células alteradas que hayan perdido su protección de mucina. Muchas veces, justifica los síntomas en paciente que aparentemente, no tiene nada, ojo blanco, lágrima suficiente y con la tinción, se aprecia importante afectación a nivel, sobre todo, de la conjuntiva en el lado del lagrimal y justifica el picor,  sensación de arenilla, en paciente con “ojo blanco”.


¿Qué conseguimos con el tratamiento?


El tratamiento va encaminado a  controlar la enfermedad, a paliar los síntomas y a evitar la progresión.  El Síndrome o Enfermedad de Ojo seco NO se cura, pero sí se controla  y  se pueden paliar sus consecuencias: molestias y mala calidad de visión.  No hay “gotas milagrosas”  pero sí un camino a seguir, a veces largo y con pequeñas mejoras.  Para este camino es necesaria su  implicación y colaboración.  Cuanto antes se diagnostique y se empiece a tratar, más breve será el tiempo de recuperación y evitaremos  que se convierta en un problema a veces irreversible e incontrolable y con consecuencias, no sólo para su salud ocular sino también general. 

Si quieres más información ponte en contacto con nuestros expertos aquí o llama al 91 535 35 70.

Escrito por IOA Madrid Innova Ocular

Dra. Begoña Ortiz de Zárate 

Unidad de Superficie Ocular y Ojo Seco