Las cefaleas a menudo implican al sistema visual y los pacientes frecuentemente consultan al oftalmólogo por síntomas que pueden o no, estar relacionados con un “aura migrañosa”.
Aunque es importante evaluar estos pacientes para descartar una alteración oftalmológica como causa de estos síntomas y tratarlos si existen, en muchas ocasiones, el profesional se enfrenta a pacientes con síntomas visuales en ausencia de una alteración reconocible en su exploración.
Las cefaleas primarias como las migrañas con “aura” producen síntomas visuales (escotoma centelleante) y también las cefaleas secundarias, como aquellas debidas a hipertensión intracraneal o lesiones compresivas o efecto masa (tumor..) que afecta la vía visual intracraneal.
Es muy importante diferenciar los síntomas de un trastorno funcional (jaqueca) de otro orgánico (HTIC, tumor intracraneal) porque la salud y a veces la vida de nuestros pacientes va a depender de ello.
MIGRAÑA
La migraña es la segunda forma más común de cefalea primaria, sólo después de la cefalea tensional.
En 2015 se clasificó la migraña como la tercera causa de discapacidad en todo el mundo, tanto en mujeres como en hombres menores de 50 años.
La migraña puede ser “con aura” o migraña clásica y “sin aura” o migraña común. Esta distinción es importante porque varios estudios han demostrado un aumento hasta del doble en el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico en los que presentan aura en comparación con los que no la presentan.
La migraña, aún sin tratar, dura entre 4 y 72 horas y se asocia, al menos, con dos de las siguientes características:
- Afectación unilateral
- Carácter pulsátil
- Intensidad del dolor moderado o severo
- Se agrava con el esfuerzo físico como andar o subir escaleras.
La cefalea se acompaña al menos de naúseas y/o vómitos o de fotofobia y/o fonofobia.
El aura consiste en un trastorno recurrente, visual, sensorial y totalmente reversible, de duración normalmente entre 10-30 min. De forma típica comienza a notar destellos luminosos en el centro de su campo de visión, a modo de líneas en zig-zag que se van desplazando y creciendo hacia un lado y se percibe como una imagen brillante “en vidrio roto”. Normalmente es seguido por la cefalea, aunque puede cursar sin cefalea.
Por eso se llaman “migrañas oftálmicas”. Hay 3 formas:
- Positivas: Crean imágenes falsas (destellos, imágenes distorsionadas..)
- Negativas: Disminuye el campo visual ( puntos ciegos, hemianopsias..)
- Complejas: Alteran el tamaño o el color de los objetos..
DIAGNÓSTICO:
Una historia clínica completa ayuda al diagnóstico. Los neurólogos piden realizar un calendario de sus migrañas y el paciente debe aprender a identificar los factores que sirven de gatillo o disparador de la migraña. Estos desencadenan cambios de flujo de la sangre en el cerebro y cuando esto afecta a la corteza cerebral, produce cambios bruscos en la visión.
Estos pueden ser:
- Cambios hormonales: migrañas antes o después de la menstruación, cuando bajan los niveles de estrógenos. Embarazo, menopausia, anticonceptivos orales, terapia sustitutiva hormonal en la menopausia.
- Algunos alimentos: alcohol, sobre todo cerveza y vino tinto, quesos curados, chocolate, aspartamo, exceso de cafeína, alimentos salados. Saltarse comidas o el ayuno prolongado puede desencadenarlas
- Factores emocionales: estrés, ansiedad, depresión, alteraciones en el ritmo sueño-vigilia - Factores físicos: tensión en cuello y hombros, malas posturas trabajando...
En resumen, el diagnóstico de los síndromes de cefalea primaria, requiere que no exista una patología orgánica oftalmológica. Por lo tanto, ante un paciente con dolor de cabeza y síntomas visuales, se debe incluir un control de Agudeza visual corregida, estudio de reflejos pupilares, y examen de fondo de ojo con dilatación de la pupila para descartar patología de la retina o del nervio óptico.
Dra. Begoña Ortiz de Zárate
Miranza IOA Madrid