El nevus coroideo (lunar) es una tumoración benigna que se observa en la exploración de la retina, formada por melanocitos de la coroides.
Es más frecuente en la raza caucásica y en personas mayores de 40 años.
Pueden tener diferente grado de pigmentación y tamaño variable. Suelen ser únicos, pero pueden presentarse 2-3 lesiones en un ojo, y normalmente se sitúan en el polo posterior, cerca del nervio óptico o en el ecuador temporal superior o inferior.
Pueden presentar “drusas”, que son unos depósitos blanquecinos en su superficie. Suelen ser asintomáticos y son un hallazgo casual de la exploración obligada de fondo de ojo en una revisión de rutina.
Riesgos del nevus coroideos
El riesgo de los nevus, como de todas las lesiones pigmentadas del cuerpo, es la malignización y transformación en melanoma, de ahí la importancia de los controles periódicos y si es posible, porque se disponga de ello, la realización de retinografías y si es necesario de ecografías, para el estudio comparativo.
Este riesgo de malignización puede ser de hasta un 13% a los 10 años.
Existen factores de riesgo que pueden hacer sospechar en la transformación de nevus a melanoma.
- Grosor > 2 mm
- Presencia de líquido subretiniano
- Proximidad al nervio óptico < 3 mm
- Síntomas visuales
- Vacío ecográfico y ausencia de halo en la lesión (bordes suaves)
- Pigmento naranja y ausencia de drusas
Cuantos más datos se den, más riesgo de transformación en melanoma.
¿Cuándo acudir a los controles?
Una vez diagnosticado un nevus de coroides, es necesario acudir a controles anuales de fondo de ojo con retinografía y ecografía, si se precisa.
Si presenta 1-2 factores de riesgo, revisar cada 4-6 meses y si se dan más, ser evaluado por el retinólogo, ya que la detección precoz de un melanoma (espesor 2 mm) tiene un riesgo de metástasis de un 10%, mientras que lesiones con grosores de 4.5 mm tiene hasta un 24% de riesgo de metástasis, con el grave compromiso para la vida del paciente.
Caso de un paciente
A continuación, presentamos el caso de un paciente con un nevus coroideo a nivel ecuatorial, que gracias a la retinografía, se puede apreciar la ausencia total de cambios en las 2 últimas revisiones con 1 año de diferencia.
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