En 1962, el Dr. John Streff publicó por primera vez una descripción de esta condición. La naturaleza de esta condición se considera funcional, es decir que no se produce por ninguna patología, pero "la programación" del sistema visual es ineficiente y no funciona como debería.
El síndrome de Streff (también conocido como síndrome de "no-simulación") es un problema de la función visual normal que implica problemas de enfoque, en los movimientos oculares (sacádicos y seguimientos) cuando los ojos necesitan rendir al realizar trabajo o esfuerzo en cerca.
Autores como Leonard Press consideran que este síndrome se trata de una Ambliopía involuntaria u ojo vago funcional de naturaleza psicógena.
El síndrome de Streff (también conocido como síndrome de "no-simulación") es un problema de la función visual normal que implica problemas de enfoque, en los movimientos oculares (sacádicos y seguimientos) cuando los ojos necesitan rendir al realizar trabajo o esfuerzo en cerca.
Autores como Leonard Press consideran que este síndrome se trata de una Ambliopía involuntaria u ojo vago funcional de naturaleza psicógena.
La ambliopía es una condición en la que la visión se encuentra subdesarrollada. Una agudeza visual disminuída puede originar déficit en la precisión y funcionamiento de los movimientos oculares, las habilidades en el procesamiento visual, la estereópsis (visión/percepción de la profundidad 3D) y constricción del campo visual (visión de túnel). Todos estos cambios o hallazgos se pueden medir clínicamente.
Alrededor del 2,5% de la población puede sufrir ambliopía, por lo que ésta es la mayor responsable en la pérdida de la visión, por encima de enfermedades y traumas oculares.
El síndrome de Streff se podría definir como una ambliopía distinta o pseudoambliopía de origen disfuncional y psicógeno. Psicógeno significa "el origen está en la mente" o, más concretamente en las zonas del cerebro que participan en el proceso de la visión.
La ambliopía funcional puede ser voluntaria o involuntaria. La voluntaria se conoce como "simulación" (el paciente finge una enfermedad para conseguir un propósito). La ambliopía psicógena involuntaria implica problemas de visión y/o de procesamiento visual reales, sin que el paciente finja, como ocurre en el Síndrome de Streff. Es considerado un problema funcional del sistema visual en ojos completamente sanos. Su problema es real, medible y no tiene la intención de fingir para conseguir algún tipo de atención.
La palabra disfuncional significa que el trabajo o actividad esperados no se producen con normalidad, no se produce el funcionamiento correcto en un proceso, tal como puede ser el enfoque en el síndrome de Streff.
Se cree que el síndrome de Streff se desarrolla por culpa del estrés. Una reacción de demasiado estrés puede incluir conductas que desencadenan el modo de alarma de una persona, situaciones de mucho estrés conducen a una sobrecarga. No hay ninguna base orgánica que justifique la disfunción, ninguna anomalía estructural o anatómica observada que pueda explicar el problema.
Los pacientes susceptibles a padecer el Síndrome de Streff siguen el siguiente patrón diagnóstico:
- Edad temprana (pubertad) 10-14 años
- Más frecuente en mujeres
- AV < 20/20 a 20/200
- Anomalía en los movimientos oculares
- Desenfoque y visión borrosa en cerca (intermitente)
- Disminución rendimiento académico
- Abandono de las tareas
- Dolores de cabeza
A veces, el profesional de la visión puede detectar una historia reciente de estrés familiar, estrés social o depresión. Algunos casos además de los problemas de visión van acompañados con trastornos de estrés postraumático.
TRATAMIENTO
El tratamiento con gafas de lectura o lentes multifocales puede facilitar el trabajo de visión inmediato. El efecto de los lentes reduce la presión visual lo suficiente para permitir que el sistema visual pueda volver a organizar y procesar la información de manera eficiente. Los resultados se obtienen relativamente rápido con mejoras observadas en unas pocas semanas. Algunos casos pueden requerir terapia visual para mejorar la motilidad ocular y el enfoque. En los casos que no responden a estos tratamientos, hay que descartar la existencia de una patología orgánica. En muchos casos se suele necesitar asesoramiento y gestión del estrés si persisten los problemas y se identifican los factores sociales.