La cirugía de la presbicia, día
a día, se convierte en una de las intervenciones más reclamadas a los
oftalmólogos y es que, inevitablemente, la presbicia es algo por lo que, tarde
o temprano, pasaremos todos ya que va asociada a la edad.
La presbicia (del griego
πρέσβυς “anciano”) se
define también como vista cansada, y se trata de un defecto
ocular que aparece generalmente a partir de los 40 años y ocasiona dificultad
para ver de cerca. Se debe a la reducción del poder de acomodación del ojo que
provoca una disminución en la capacidad para enfocar objetos cercanos.
Para entenderlo
un poco mejor, vamos a intentar comparar el ojo con una cámara fotográfica.
Cuando nosotros
adquirimos una cámara nueva, lo que equivaldría a ser joven, el zoom funciona
perfectamente y permite enfocar sin ninguna dificultad objetos lejanos y
cercanos. En nuestro sistema ocular, ese trabajo de “zoom” lo realiza el
cristalino, una lente que tenemos en el interior de nuestro ojo y, modificando
su forma y posición, puede enfocar a una distancia u otra.
Según la cámara
de fotos va envejeciendo, según la llevamos a los viajes y empieza a oxidarse
el mecanismo del zoom, se meten pequeños granos de arena del viaje a la playa,…
el zoom comienza a rechinar, le cuesta moverse, ese movimiento de enfoque ya no
es tan rápido, hasta que llega un momento en el que no permite ya enfocar y
sólo vemos los objetos a una determinada distancia.
Algo parecido
ocurre en el ojo. Cuando somos jóvenes, enfocamos todos los objetos, lejanos o
cercanos, sin ningún tipo de problema. A partir de los 40 años ese proceso empieza
a costar más. Nos damos cuenta que empezamos a alejar las cosas para poder
verlas bien, nos ponemos más luz para poder leer el periódico o coser, hasta
que esos pequeños trucos ya no son suficientes y necesitamos unas gafas de
cerca que hacen la función de zoom.
Realmente
nuestro “zoom” o “enfoque” no deja de funcionar de un día para otro sino que lo
hace progresivamente, por eso, entre los 40 y los 60 años, tendremos que
cambiar varias veces las gafas de cerca. En la medida en que nuestro “zoom” o
“enfoque” va perdiendo eficacia, más potentes serán nuestras gafas de cerca,
hasta que llegue un momento en que ese zoom dejará de funcionar completamente y
necesitaremos unas gafas aproximadamente de 3.00 a 3.50 dioptrías.
Es importante
tener presente que la presbicia va aumentando progresivamente por lo que los
distintos tipos de cirugía se veran afectados por este hecho.
Las técnicas más habituales, de
cirugía de la presbicia, son: lentes intraoculares multifocales, monovisión con
lentes monofocales, monovisión con láser excimer e inlays.
- LENTES INTRAOCULARES MULTIFOCALES
La cirugía
consiste en extraer el cristalino del paciente para, en su lugar, colocar una
lente artificial que será la que haga las funciones de “enfoque”.
Lente Intraocular Multifocal |
Es una cirugía
similar a la cirugía de cataratas, en la que se extrae el cristalino porque
éste ha perdido transparencia con los años y no permite el paso de la luz. La
extracción de ese cristalino se puede hacer con cataratas, pero también se
puede hacer cuando es completamente transparente. Ya sea con cataratas, o sin
ellas, tras extraer el cristalino se coloca en su lugar una lente artificial, y
es así donde el tipo de lente que se implante nos permitirá ver sólo a una
distancia (lente monofocal), a dos distancias (lente bifocal, para lejos y
cerca o lejos e intermedia) o a tres distancias (lente trifocal para visión
lejana, cercana e intermedia).
- LA MONOVISIÓN
La técnica de la
monovisión consiste en, ya sea mediante laser o mediante el implante de lentes
monofocales, dejar que un ojo vea bien de lejos y el otro ojo vea bien de cerca
de modo que, con los dos ojos abiertos, el paciente pueda ver de lejos y de
cerca sin necesidad de gafas.
Se trata de una
técnica que no todos los pacientes toleran y por ello es necesario hacer unas
pruebas antes de manera muy concreta para ver qué ojo es el más adecuado para
que vea correctamente de lejos y qué ojo debe quedar viendo bien en posición
cercana. Lo más recomendable es que el paciente, durante unos días, use unas
lentes de contacto simulando esta situación para comprobar que se encuentra
cómodo y se maneja sin problemas antes de hacer el tratamiento quirúrgico.
- TÉCNICA DEL PRESBYOND, PRESBILASIK O "BLENDED" VISIÓN
Esta técnica se
asimila un poco a la técnica de la monovisión. En ella, se hace un tratamiento
con lasik, similar al que se haría para operar la miopía, hipermetropía y/o
astigmatismo de forma que un ojo quedase enfocado para lejos y el otro enfocado
para cerca, si bien, el ojo enfocado para cerca seguiría manteniendo una visión
aceptable para lejos.
Para lograr esta
visión, lo que se hace es tallar la córnea dándole una curvatura especial que
permita ese enfoque en cerca. La técnica consiste, al igual que en el lasik, en
crear un flap en la córnea, levantarlo para tallar con un láser excimer el
estroma corneal y volver a colocar ese flap o tapita. En un mismo proceso, se
corrige la miopía, hipermetropía y astigmatismo y se corrige la presbicia. Al
realizarse en la córnea, se requiere que ésta esté en perfectas condiciones,
sea regular y tenga un espesor suficiente que permita el tallado por ello es
necesario un estudio previo profundo.
- INLAYS
Los inlays son implantes
intracorneales destinados a corregir la presbicia. Podemos decir que son un
pequeñas prótesis, similares a lentes de contacto pero de menor pequeño tamaño,
que se colocan el interior de la córnea, por lo que para su implantación es
necesario realizar un flap o un bolsillo en el estroma corneal que permita
colocarlos muy centrados.
Algunos se basan
en poner un adición a modo de lentilla con potencia para cerca, otros se basan
en disminuir la cantidad de luz que entra en el ojo, a modo de agujero
estenopeico, pero lo cierto es que aunque los inlays hace décadas que se
utilizan, su éxito nunca ha sido tan bueno como el obtenido con las otras
técnicas, si bien la gran ventaja que presentan es que se pueden extraer en
caso de que el paciente no logre los resultados deseados aunque el flap corneal
o el bolsillo sí serán permanentes.
Cómo conclusión, podemos decir que la
decisión final de optar por una técnica u otra, debe hacerse después de un
examen oftalmológico completo, que incluya pruebas como refracción, topografía,
biometría o fondo de ojo y que es el oftalmólogo quien, en función de todos
estos valores, y tras conocer las necesidades del paciente, sus hobbies o sus
hábitos de vida haga la indicación final.
Escrito por el Instituto de Oftalmología Avanzada
Nuria Garzón Jiménez
Departamento de Calidad visual y Baja Visión.